El gato persa es un gato muy hermoso con un gran pelaje y un hocico corto característico. Necesitan mucho mantenimiento y son propensos a varias afecciones médicas, así que tenga cuidado antes de elegir comprar un gato persa.
Los gatos persas tienen una larga historia, registrada desde la década de 1600. Las fotos más antiguas han demostrado que el estándar de la raza ha cambiado mucho a lo largo de los años. El gato persa fue registrado en la Cat Fancier’s Association (CFA) en 1871.
Estos hermosos gatos vienen en varios colores de pelaje, incluyendo plata, azul, Himalaya y más. Las patas son cortas y gruesas. Los persas con batas blancas y azules son a menudo sordos.
El estándar de la raza ahora es que la frente, la nariz y la barbilla estén en una línea vertical. Debido a esta nariz muy plana, son propensos a problemas respiratorios e infecciones sinusales que conducen a ese rasgo.
Estos gatos requieren más cuidado de sus dueños que el gato promedio. El pelaje debe cepillarse varias veces a la semana porque es demasiado largo para que lo cuiden ellos mismos. Además, sus ojos tienden a acumular escombros y también deben limpiarse según sea necesario.
Estos gatos también son propensos a varios problemas genéticos. Tienen una incidencia más alta de lo normal de enfermedad renal poliquística (PKD). Gracias a las pruebas genéticas, esta enfermedad debería estar disminuyendo en incidencia.
Aunque el gato es muy hermoso, los propietarios deben ser conscientes del alto mantenimiento requerido de estos gatos y los posibles problemas de salud que llevan.
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