La investigación ha sido dirigida por José Ramón Caballero, profesor de la UCLM, y cuenta con la colaboración de la Fundación General de la Universidad y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y de expertos procedentes del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) y el Centro Regional de Selección y Reproducción Animal (CERSYRA).
El proyecto ha quedado enmarcado bajo el título: «Desarrollo de la Técnica de Transferencia de embriones en rebaños de oveja de la raza ovina manchega». El objetivo perseguido fundamentalmente es mejorar la leche obtenida de estas ovejas, tanto en cantidad como en calidad, esto último solamente conseguido anteriormente con mucho trabajo a través del manejo y del control de las raciones alimentarías de los animales.
Todo el proyecto se ha llevado a cabo bajo el marco y las directrices del Comité Ético de Experimentación Animal de la UCLM, conforme con la Reglamentación Europeo.
Además, también se ha comprobado que con la técnica que se está estudiando, se ha conseguido conseguir ejemplares que no estén bajo el riesgo de padecer scrapie, ya que se ha eliminado el gen que las hacía poder tenerlo.
La investigación implica una mejora genética a través de una transferencia embrionaria. Se están logrando realmente buenos resultados de generación de grandes productoras a través de otras.
El proceso seguido grosso modo en el estudio ha sido el siguiente:
- Se provoca una superovulación en productoras de gran calidad genética. Ellas serán las que posteriormente donarán los embriones.
- Inseminación de las productoras seleccionadas y sometidas al paso anterior, con el semen de animales también seleccionados genéticamente.
- Extracción de las células embrionarias, que se transferirán en fresco a las receptoras, o se congelarán para hacerlo en posteriores periodos.
- La gestación será absolutamente normal, tras 5 meses, la oveja parirá entre 1 a 2 corderos optimizados genéticamente.
Los expertos piensan que los beneficios serán notables e importantes en cuanto se lleve el proyecto a las granjas productoras, a la vida real, piensan que serán mejores que en el Laboratorio. No existirán secuelas en los animales, ni en los donantes ni en los receptores, y la recuperación será rápida.
